Canto XII del Paraíso.
Roméo y Juliette.
Mi amor es tan profundo que los abismos del mar.
Sì tosto come l'ultima parola la benedetta fiamma per dir tolse, a rotar cominciò la santa mola; e nel suo giro tutta non si volse prima ch'un'altra di cerchio la chiuse, e moto a moto e canto a canto colse; canto che tanto vince nostre muse, nostre serene in quelle dolci tube, quanto primo splendor quel ch'e' refuse. Come si volgon per tenera nube due archi paralelli e concolori, quando Iunone a sua ancella iube,
VUELTA A LA PUERTA DEL PARAÍSO
Tan pronto como el llama santa hubiera pronunciado sus palabras pasadas, el redondo santo dio vuelta otra vez en sí mismo, después otro lo ensambló en el redondo; pero no había acabado con todo una vuelta, ese otro llama la trabó para arriba en su círculo del fuego, y puso en el unísono su canción y su movimiento, una canción acompañó por las trompetas suaves, más hermosas que la canción de los muses y de las sirenas. Estas rosas eternas dieron vuelta alrededor de nosotros como dos guirnaldas, la del exterior que contestaba a la del interior. Del arco interior se presenta la del exterior, tal como el consentimiento del amante a que el amor consume. Cuando la danza y la gran alegría de la canción y del resplandor estas felices luces y amantes reflejaron la una a la otra, en el mismo tiempo y del mismo corazón, había parado, como los corazones agitados por el orgasmo deben palpitate, y se aflojan en el mismo tiempo, del corazón de una de las nuevas luces se levantó una voz, que me hizo vuelta hacia él, como la aguja del compás hacia el norte magnético; comenzó como sigue: "¡Oh! ¿Dónde pues, está Roméo? ¿ Usted lo vio hoy? Estoy asustado él había perdido bien su manera. Lo vi, sin embargo, que caminó en el bosque de sicómoros, y me dirijo hacia él, pero en mi vista, él se encubrió en las profundidades del bosque. Es puesto que muchas mañanas que una lo vio el asperjar con sus rasgones, el rocío fresco de la mañana y, a través de sus suspiros, transforma las nubes en sombras inquietantes. Pero, tan pronto como el sol que vivifica dibuje las cortinas de la Aurora, él huye la luz inmediatamente, él se engulló en su cama y él fabrica de las felicidades artificiales para se. ¡Amperio hora! este humor oscuro será fatal a él, si por mis buenos consejos él no disipa su causa. Pero, aunque insistiendo con sus amigos, no habría podido saber la causa; alas, él es el único responsable de sus pasiones, él confía solamente a sus sueños, él es secreto, impenetrable, tan cerrado como los pétalos de una flor que se abra solamente fuera de sus bellezas en el sol. Si solamente podríamos saber de donde sus dolores vienen a él, seríamos como acelerado curarlas en cuanto a reconozca los." "¿Si usted no es Roméo, que entonces es usted, usted que transporta como ese, la tristeza de Romeo?" "Sepa que no soy..." Y él continuó así sin darme la ocasión de decir cualquier cosa más: " ¡"Oh! ¡cómo triste usted se parece ser, y cómo las horas se parecen a usted, largas a esperar! ¡Alas! ¡es necesario para el amor, al parecer tan suave, ser tan tiránico y tan cruel a usted en la prueba! ¡Oh, amor tumultuoso! ¡oh, envidia cariñosa! ¡oh todo, creado nada! ¡ô ligereza pesada, vanidad seria! ¡Informe al caos visiones que quitan! ¡el sueño despertó siempre encima de cuáles no son cuáles es! Aquí está el amor que me siento en usted y no detecto solamente amor en allí. El amor es solamente un humo de suspiros; es una llama que chispea a los ojos de los amantes, o es un mar abastecido por sus rasgones. ¿Cuál entonces sigue siendo realmente amor? Es la locura más razonable, una amargura que sofoca y un suavidad que vivifica!" ¡"Oh! ¡usted que habla como esto, él no es Romeo que usted ve, él está a otra parte, y si él ama tanto, sabe que amo tanto como él ama, y lo digo con mis sollozos! Los dardos de Cupido demasiado cruel me han herido de modo que pueda soltar en sus alas ligeras; los conectado como soy, no podría criarme sobre un dolor inmutable, yo sucumbo bajo amor que me machaca. Adiós, usted no podría enseñarme cómo a olvidar." Entonces, la voz de un estribillo de las muchachas jóvenes, viniendo del interior de la guirnalda luminosa, fue hecha oído, apenas cubriendo las palabras hermosas del desconocido y de la mina: "Si usted tiene gusto de ella así, tus flechas, como los de Cupid, falta su blanco porque usted no puede alcanzarla; ella es como Diana, y la arman con una castidad a toda prueba, ella vive abrigado de los artifices infantiles del Amor, ella no se deja sitiar por palabras del amor, ella se encubrió al choque de vistazos que provocaban, y ella cierra su pecho a encendió la vela que seduciría incluso a una santa. ¡Oh! ¡ella es muy rica en belleza, pero todos estos tesoros hermosos deben morir con ella! Ella juró para vivir siempre puro, y esta promesa le priva por siempre. Al tener hambre tal belleza por sus rigores, ella deshereda toda su posteridad. Ella es demasiado hermosa, demasiado sabia, demasiado sabiamente hermosa, porque ella merece cielo haciendo su desesperación. Ella juró nunca para amar, y las matanzas de este juramento usted dejándola vivir, puesto que es mientras que vivía que usted escucha nosotros."(1) y la voz, que fue acompañada por la canción del estribillo, continuó como sigue: "¡Oh! ¡visitante digno! Veo muy bien a tu aire, que la reina Mab le ha visitado indudablemente esta noche. Si usted no la conoce, ella es la hada del partera; ella no es más grande que una alianza en el índice de una viruta. ¡Es de modo que ella galope cada noche, en los cerebros de los amantes que entonces sueño del amor; en las rodillas de los cortesanos que sueñan inmediatamente con courtejar; en los labios de las señoras que sueñan así para estar bien seduce! Mab deja a menudo, en tus labios, algunas ampollas, irritadas que ella es, por los besos dispensados a tu belleza. A veces ella galope en la nariz de una zalamera, y ella sueña rápidamente que ella se engulló en su vientre; ella viene a veces, con su ventana de la nariz, cosquillea tu cola adormecida; Es este misma Mab que, en la noche, se rasga en el paño grueso y suave plateado de tu belleza, hymenas para revolver, para tu desgracia, todos los encantos del varón en calor. Cuando tu amante está mintiendo en ella detrás, es ella que, como una stryge, la abrazaron, y la acostumbra así para apoyar al peso del amante que usted es." "¿Paz, paz, pero de qué usted habla así?" Le contesté, con una voz irritada. "Te habla sobre tus sueños, que son como los sueños de los niños que son delirantes, ellos genera, en tu espíritu, alucinaciones; son tan insubstanciales como el aire; son más variables que el viento que barre los llanos nórdicos; se escapan en el mediodía como soplos de cólera, con su rocío lleno de humedad!" Paré sus palabras, viendo una sombra en la noche: "¿Qué es esta Señora, allá, a que veo, y que besa la mano de este caballero celestial?" ¡"Oh! ¡esta Señora encantadora! ¡ella enseña las estrellas para iluminar la noche del varón! ¡Su belleza se suspende a su cama, como una joya rica colgada en el oído de una Abisinianiña! ¡Ella es una Belleza demasiado inestimable ser poseído, demasiado exquisita para ser apoyado por la tierra! Ella aparece en el centro de sus compañeras, tales como la paloma de la nieve en una tropa de cornejas." "¿Mi corazón tiene nunca amó tanto antes de este momento? Porque mis ojos nunca tienen, hasta esta tarde, tanto belleza vista. ¡Le conjuro, por los ojos brillantes de Julietta, por su alta vanguardia y por su labio escarlata, por su pie delicado, su pierna delgada, su muslo que tiembla, y por los dominios que incluyeron alrededor de allí, aparezco a mí, Señora encantadora, bajo su propia forma! ¿Pues, es usted no, Juliette? ¿Qué luz echa en chorro fuera de este sol? ¡Pero aquí ella está, ella es como el sol del Oriente! Subida, amanecer hermosa, usted es más hermosa que la luna celosa, que languidece y se descoloró ya en dolor, porque usted no es no más de su sacerdota. ¡Aquí es así mi señora! ¡Oh! ¡aquí viene mi enamorada! ¿Pero qué ella dice? Alas nada, ella es silenciosa; pero su vistazo brilla como si ella deseara hablarme. Pero no es a mí que ella está tratando, porque el caballero celestial suplica a sus ojos para bien resplendir en sus ojos, hasta que ella se da a él. ¡Ah! si las estrellas se substituían a sus ojos, al mismo tiempo que sus ojos a las estrellas, el único resplandor de sus mejillas lejos la claridad de las astros, como una antorcha en luz del día; y sus ojos, de la tapa del cielo, lanzaría tal luz a través las regiones aéreas, que los pájaros cantarían, creyendo que no existe la noche más. ¡Vea cómo ella presiona su mejilla en la mano del caballero celestial! ¡Oh! cómo puede no ser el guante de esta mano, entonces tocaría la blancura de su mejilla!" "El amor que me rinden tan hermosos los empujes para hablarle tal una amante, en la ocasión de quien una habla tan bien, aquí, de mi amante verdadera. Es apropiado que, donde está uno, aparece el otro también, de modo que, como me aman tanto y el otro, su felicidad junta la misma manera sea resplendent." Éste es cómo ella me habló, y ella dijo también: "Renuncie a tu nombre para el de Romeo; y, en lugar de tu nombre, que no es parte de usted más, tómeme enteramente." Insano y delirante con amor, la contesté: "¡La tomo a la palabra! Llámeme solamente mi amor, y retitularé mi nombre: ahora encendido del mí seré tu Roméo." Entonces ella agregó: "¿Qué hombre, entonces, es usted, usted que, ocultado por la noche, acaba de descubrir mi secreto?" Y le contesté: "Yo no podría decir a usted cuál es mi nombre ni indicar a usted que soy. Mi nombre, muy querida, es odioso a me, puesto que es, para usted, el de uno otro hombre: si lo hubiera pronunciado aquí, confundiría hasta las sílabas." "¿Diga mi, cómo usted vino aquí, y con qué puntería usted está aquí? Considere de donde usted viene y de donde usted va: este lugar será tu muerte si la sombra de Jeanne sabe que estoy aquí con usted." "Vino hasta aquí en las alas ligeras del amor, y todos que el amor pueda hacer, puede intentarlo, de modo que la muerte no sea un obstáculo para mí. Hay en sus ojos más peligros que en el de una espada, y sufriré cualquier enemistad para probar solamente a la suavidad de solamente una de sus miradas." Ella se acercó, de modo que pudiera casi tocarla y ella diga a mí: "Mi amor es tan profundo como los abismos del mar: cuanto más le doy de mi amo, más el amor que permanece a mí, porque mi amor es infinito tanto como el mar. ¡Querido amor, adiós, mi tiempo con usted se cuenta a mí! "¡Oh! ¡celestial, celestial noche! Estoy asustado, puesto que hace noche, que todo es solamente un sueño, demasiado delicioso cautivando para ser real."((1) Y, sobre estos pensamientos, la vivo desaparecer detrás las guirnaldas celestiales.
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
(1)Textes tirés de Roméo et Juliette de Shakespeare.
Theme musical: musique d'atmosphère (atalante18), empruntée aux Archives du Alchemical Music.
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