Canto XI del Paraíso.
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El reino de la Fuerza y del Pénis.
Omnia vincit amor.

O insensata cura de' mortali, quanto son difettivi silogismi quei che ti fanno in basso batter l'ali! Chi dietro a iura, e chi ad amforismi sen giva, e chi seguendo sacerdozio, e chi regnar per forza o per sofismi, e chi rubare, e chi civil negozio, chi nel diletto de la carne involto s'affaticava e chi si dava a l'ozio, quando, da tutte queste cose sciolto, con Beatrice m'era suso in cielo cotanto gloriosamente accolto.


VUELTA A LA PUERTA DEL PARAÍSO


¡Oh! cómo es bueno ser lanzado de las preocupaciones de la tierra, y así estar cerca de Jeanne, que me ha dado la bienvenida tan gloriosamente en cielo. ¡Oh! cómo son vanos los hombres para darse hasta ociosidad, para hacer comercio o para robarlo, al reinado por el uso de la fuerza y del penís, o imponer la fe por la espada, o perseguir en la tierra a la hembra, y agotarse en los placeres sexuales, mientras que es tan bueno ser así, al lado de mi querida. Oí, viniendo de esta luz que me habían hablado inicialmente y que aumentó su resplandora, una voz, comienzo diciendo en una sonrisa: "Así como sus rayos me hace resplendent, así, mientras que mira en la Luz eterna, yo descubre allí la razón de tus pensamientos. Usted es en la duda, y usted quisiera que mis palabras estén explicadas en una lengua tan clara y tan convertida, que adaptan a tu comprensión; tus ojos no pueden penetrar en el secreto de las intenciones de la Providencia; escuche mi cuento y no intente entender, medir el tiempo, en usted, hará su jerarquía. El el quién la casó su Buon-amante en su sangre bendecida, que, seguro de ella y mientras que seguirle siendo fiel, suscitan a dos amores en su favor, de modo que sean fieles a él. Una era muy seráfica en su ardor; la otra, por su ciencia, era en la tierra una esplendora que alivió, de sus luces, la soledad de los hombres. Hablaré solamente sobre la segunda, porque uno habla sobre ambos elogiando una, la que que uno de nosotros elige, porque sus obras, aunque estuvieron dispensados de maneras contrarias, tenían el mismo efecto en la señal de socorro del hombre. Esta flor fue tramada apenas, eso ella comenzó a hacer sensación a la tierra una cierta comodidad de su gran virtud, porque aún jóven, ella luchó contra su padre, para seguir a su Príncipe, en quien, como con la muerte, nadie abre fácilmente la puerta del placer. Y delante de su tribunal espiritual, y delante de su padre, ella se abrió en él, después, día después del día, ella lo amó más. Éste privado de su primer Esposa, dos mil años despreciados y olvidados, había seguido siendo solitario, hasta ahora y sin una esposa. En inútil, él era tan constante y salvaje que, donde Maria permanecía en el pie de la cruz, ella fue para arriba allí a caerse dormido en su carne sangrienta. Se dice aquí y por todas partes, que los que creen, asustaron a hembras, se calma abajo en el sonido de su voz reservada y receptiva, que resuena hasta los callejones del Jardín de los Olivares. Pero, de modo que no fuera demasiado obscuro, oiga de ahora en, en mi amplio discurso, eso que estos amantes son Marie-Madeleine y los Hijos del Hombre. Su armonía, su feliz aire, su amor maravilloso, sus suaves miradas, hace nacer pensamientos santos, de modo que el Pontífice, sí mismo, fuera el primer a desnudó, y él corrió, ávido a la ventaja de tal paz, y mientras que corriando, se parecía a él que era ya demasiado atrasado. ¡Oh! ¡riqueza desconocida, oh! ¡bueno fértil! Cómo no ser celoso, y Jean y todos los discípulos también presenta, celoso del marido tanto la esposa les agradaba. Entonces va este padre con su amante y su madre y toda su familia que limitan ya esos nuptiales inconfesable. Entonces, cuando la muchedumbre de las almas solitarias había aumentado, en los pasos de el que vida admirable sería cantada mejor en la gloria del cielo, su santidad fue concedido a Ella, una noche, por el Espíritu Santo. Después de lo que, por la sed del placer, en la presencia orgullosa de los pagans, ella había predicado las virtudes del Cristo, y los que la siguieron, y encontrando allí a no bastantes varones a convertir, para no seguir siendo allá inútil, ella volvió a toma la hierba de su propio país. Desnuda unida en la herida abierta del Rocher Percé*, ella recibió del Cristo, su amante celoso, los estigmas que sus miembros todavía llevan hoy. Cuando satisfizo a El quién la había elegido para tal bien, elevarla a la recompensa ella había merecido, distribuyéndo su bueno a sus hermanos, como con sus herederos legítimos, él recomendó a su Madre y a su Maestra la más querida, y él las pidió que las aman fielmente. Y de su seño el alma gloriosa deseó volar lejos, volviendo a su reino divino, y para su cuerpo, ella no deseó ningún otro ataúd. ¡Ahora piense, que era sus pupilas dignas, para mantener la antorcha en el mar abierto hacia su meta verdadera! La manada pasó a ser tan glutton de nueva comida, eso no puede ser que se separó a través de varios pastos, y más sus ovejas se mueven lejos desde ella vagabundean, ellos vuelven más al doblez, vacío de la leche. Hay algo, entre ellos, que temen para dispensar placer, y apretaron alrededor de su hermana; pero, están en tan poco número, que pocos paños son bastantes a sus camas. Ahora, si mi discurso es eficiente, si usted escuchó mí con la atención, si usted recuerda a su memoria lo que he dicho, su deseo debe ser satisfecho en parte, porque usted verá porqué su miembro contiene la savia, que hay siempre un Cáliz para recibirla, y usted entenderá lo que significa este himno: "Omnia vincit amor" "

Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: sinfonia de Cavalli, emprunté aux Classical Midi Archives.
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CANTO XII DEL PARAÍSO