Canto II del Paraíso
image Ange

Allí donde la razón no tiene más influencia.
Vea cómo el amor puede ser subjetivo.


O voi che siete in piccioletta barca, desiderosi d'ascoltar, seguiti dietro al mio legno che cantando varca, tornate a riveder li vostri liti: non vi mettete in pelago, ché forse, perdendo me, rimarreste smarriti. L'acqua ch'io prendo già mai non si corse; Minerva spira, e conducemi Appollo, e nove Muse mi dimostran l'Orse. Voialtri pochi che drizzaste il collo per tempo al pan de li angeli, del quale vivesi qui ma non sen vien satollo,


VUELTA A LA PUERTA DEL PARAÍSO


¡"Oh usted! quién, impaciente de entender, seguido me hasta ahora, y quién la esperanza algo entonces cree para saber, el pan de los ángeles, que uno nunca alimentó sí mismo sin la satisfacción, entonces sigue mis pasos." La sed natural del reino formó por la imagen de Dios, llevada nos tan rápidamente como se conduce el cielo. Jeanne mirado arriba, y me, miraba dentro de ella, y tan rápidamente como la época de decirla, me vi que llegó a donde una cosa maravillosa atrajo mis vistazos. También, ella, a quien no podría ocultar mi deseo, dio vuelta hacia mí, tan feliz como hermoso, ella dijo a mí: "Esté agradecido a Dios haber ensambladonos juntos, aquí en el primer estrella." Se parecía a mí que una nube nos cubrió, brillante y similar a un diamante pulsado por el sol. La perla eterna nos recibió en ella, como el agua recibe un rayo de la luz, sin tener que abrirse. ¿Cómo uno puede entender este milagro como si mi deseo de penetrar Jeanne podría ser observado, y ése de esta unión echaría en chorro fuera de una sola entidad? Uno no puede explicar diverso entonces por la Fe, sin ninguna otra demostración, que nuestra naturaleza viene a los acoplamientos sí mismo a Dios. Hablé a Jeanne como tal: "Mi, Señora encantadora, con tanta dedicación que lata, yo agradezco El quién me retiró del mundo mortal y llevado me hacia usted. Pero, dígame que mi Señora encantadora, cuáles son, en tu cara tan brillante, estas pecas cuáles hacen eso en la tierra, tu cara fuera tan hermosa, y ésa aquí, él brilla del mismo fuego que la de los angeles?" Jeanne sonrió y ella me contestó: "El no debe ser asombrado por cuáles es la opinión de las mortales agradezco en el significado de las cosas, puesto que usted ve que incluso mientras que después del significado de cosas, la razón aquí, no tiene más influencia. Pero dígame primero lo que usted piensa de el." Le contesté: "Lo que en la tierra, aparece ser hermoso a nosotros, viene de la diversidad de las cosas en una mano, y por otra parte, de la rareza de qué hace la belleza de una cosa. ¿Estaria, inflamado por usted, Señora encantadora, si tu belleza era similar a la de cualquier cosa, y qué me atrae en usted, está no la rareza de la cosa?" Ella contestó inmediatamente: "El verá con certeza cómo es falsa es tu opinión, si usted escucha bien, las argumentos que opondré a ella. Si la diversidad y la rareza fueran la causa, tendrían toda la misma virtud, algo que recibe más y el otro menos. Pero de diversos principios formales de diversa subida de las virtudes, que constituyen la diversa especie de los cuerpos, y no del principio material que está igual en cada individuo. Por otra parte, si la rareza fuera pozo la causa usted busca en mi belleza, o, él sería singular y le no atraerían más, por algunas muchachas Africanas sombrías, o por las muchachas Asiaticas con los ojos de la almendra, o las Lesbianas con la piel blanca, de algunos hermaphrodites Brasileñas mujeres, o cerca, de las Niñas siempre vírgenes con los ojos claros. Ése no es el caso y es necesario examinar otra asunción; y si manejo refutarlo, tu opinión aparecerá falsa. Si la rareza de mi belleza atrae solamente a le y no a otros, es que hay un límite más allá de el cual la belleza no se refleja más, como mi cara en un espejo. Usted podría oponer, obviamente, que la belleza demuestre allí menos imperceptiblemente que en otro cuerpo, porque está ocultado de la vista. De esta objeción, la experimentación, si usted deseó siempre intentarla, podría despejarle de ella, está la fuente que de donde, origina el arte de la seducción. Vea por el ejemplo de las tres señoras, cómo, según Cavalcanti, el amor es subjetivo. Cuando usted ve una señora, le cose ve, de su cara, crece a segunda señora tan hermosa que su espíritu no puede entenderla, e inmediatamente, tercer se lleva de una belleza extraña que diga esto: "Yo soy tu salvación!" ¡Sin embargo, pues la sustancia de la nieve se priva de color y de frío bajo los rayos calientes del sol, está tan usted, encendido ahora, convenció si le digo que ella destellará de un más agudo ligero si ella se da a usted! En el cielo del Empyree, se mueve una Inteligencia, en la virtud de la cual la belleza relativa de cualquier criatura miente. El cielo siguiente que es lleno de estrellas, distribuye la belleza de él en las varias virtudes de los discinctives que se contienen en Ella. Los otros cielos, según sus propios caracteres, dirigen en sus propios extremos las virtudes distinctives que están en ellas y las siembran. Como usted lo ve de ahora, los cielos hacen así, de grado en grado: se influencian de antedicho y actúan hacia abajo. Ahora escuche bien cómo, por mi razonamiento, satisfago tus deseos de saber toda la cosa, de modo que usted entonces, pueda entender por se. El movimiento y la influencia del cielo, a la cual tan muchas estrellas dan su belleza, reciben la imagen del pensamiento profundo que la pone en el movimiento y hecha le verdadero. Y, como el alma en el cuerpo, se separa en sus direcciones, presentadas para las varias funciones, así la inteligencia despliega su belleza multiplicada con ellas, manteniendo su unidad en su movimiento. Cada virtud se combina vario al cuerpo precioso que anima, y ata sí mismo a ella, como vida con él. Los gracias a la naturaleza feliz de la cual deriva, esta virtud se relacionaron con el resplendit del cuerpo celeste en él, como alegría en la pupila de una muchacha joven. Es de ella que venga qué se parece diferenciar de cuerpo al cuerpo, y no de la rareza: es el principio formal que produce el fulgor, y su opposite."



Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: collection Nguyen (unknown), emprunté aux Archives du Web.
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CANTO III DEL PARAÍSO