Canto XXI del Purgatorio
Dante, el poeta Florentino y la Divina Comedia.
Mis hermanos estén en paz.
La sete natural che mai non sazia se non con l'acqua onde la femminetta samaritana domandò la grazia, mi travagliava, e pungeami la fretta per la 'mpacciata via dietro al mio duca, e condoleami a la giusta vendetta. Ed ecco, sì come ne scrive Luca che Cristo apparve a' due ch'erano in via, già surto fuor de la sepulcral buca, ci apparve un'ombra, e dietro a noi venìa, dal piè guardando la turba che giace; né ci addemmo di lei, sì parlò pria,
VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO
Mi deseo a sabe que las causas del temblor y de la canción celestial me atormentaron. Y aquí, aparecido a nosotros, una sombra que nos seguía, mirando la muchedumbre castigadas que estaban en nuestros pies, y nos no la notó antes de que ella nos hablara, diciendo: "¡Mis hermanos, estén en paz!" Dimos vuelta alrededor inmediatamente, y Baudelaire la dio detrás que un saludo se conformo con el al suyo. Entonces él comenzó a decir: "¡Que la justicia que me relega en este exilio, le hace las paces el hallazgo en Paraíso!. ¡Cómo! ¿si usted es las sombras que el Dios no admite para arriba allí, que tan detenidamente ha escoltardo y guiaron así?" Mi amo contestó: "Si usted mira las señales que el ángel remontó en la cara de mi protegido, usted manará considera que él es destinado al reino de los seres elegidos. Pero porque su destino no le hizo morir todavía, él no podría venir aquí solamente, no sabiendo reconocer la Verdad, como usted y mí, de quién corazón no vive cuyo alma no vive más con el cuerpo. Así, era me saco de la boca del
infierno para dirigirlo, y también lo dirigiré por lo que mi ciencia podrá conducirlo. Pero díganos si usted la sabe, porqué la montaña acaba de temblar de tal manera, y porqué toda aparecía gritar junta, hasta su pie cuáles son bañados por las aguas del Lac Tremblant*? " "El que prueba la montaña sagrada, no es una cosa inusual aquí. Ni la lluvia, ni el granizo o la nieve, ni el rocío y la helada blanca, ni las nubes, gruesos o ligeros, ni los relámpagos o el trueno, ni la hada Carabosse que en la tierra desnaturaliza, no puede aquí, alteran la naturaleza de las cosas. La causa del fenómeno se encuentra en el cielo; la montaña tiembla cuando una alma se siente que es bastante pura levantarse e ir para arriba hacia su cumbre, y este grito después lo acompaña. Está por su solamente voluntad libre, y solamente cuando se siente purificada, que el alma está conducida a la localización del cambio. Mí, que experimente este dolor desde tant muchos siglos, me siento en este mismo momento, este deseo en me de una encima de aya. Es para eso que oyó el temblor y los espíritus piadosos volver gloria al Señor; lo ruego que los envíe pronto allí-alto." Así él dice, y no podría decir cuánto me satisfizo eso. Mi guía sabia contestada a él: "¿El ve muy bien la significación del temblor y cómo le lanza de sus enlaces. Deje me ahora saber, que usted es, y porqué es aquí desde tan muchos siglos?" "Los hombres todavía me llaman Dante en la tierra; canté la Divina Comedia y entonces también el gran Virgile. Mi ardor poético fue generado por las chispas de una llama cariñosa para Béatrice, y por el desdén hacia los manipulantes de mi gente. Hablo sobre el Énéide que era, en poesía, mi madre alimenticia; sin él no habria hecho cualquier cosa que pesó uno escudo." Sonrío no a la estallar de la alegría, tanto la emoción me invade con sus palabras, también la sombra se calló silenciosa y mirada me en los ojos, donde aparece la expresión de los sentimientos lo más mejor posible; y ella dice a mí: "Pueda usted llega bien al término de sus cansancios; ¿pero porqué su cara acaba de demostrarme el relámpago de una sonrisa?" Dije entonces: "Quizá usted está asombrado, espíritu antiguo, de lo que sonreí, pero deseo que usted sea, aún mucho más, llenado de maravilla; éste, que dirigen mis ojos hacia el cielo, él es Baudelaire, el poeta que en su tiempo, asemejado tanto a usted y que, por este viaje difícil y tortuoso, hizo que descubre todas estas Flores del Malo. Mí, yo sonreí así, con la verguenza indudablemente, para confesar a usted que modelo mis pasos en estos reinos, lanzando un vistazo idéntico al tuyo en la Comedia Humana, que estaba pare usted, solamente una Divina Comedia." Mi Amo se inclinó ya para abrazar a los pies del poeta Florentino, pero él se cambió su mente, sabiendo que él era como él una sombra: "Puede usted ahora entender la intensidad del afecto que tengo para usted, cuando me olvido de la vanidad de cuáles somos, tratando las sombras como si fueran cosas sólidas."
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: musique new-age (trees), empruntée aux Archives du Web.
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