Canto XIX del Purgatorio
Soy la suave ninfa Calipso.
La sombra de Marco Polo
Ne l'ora che non può 'l calor diurno intepidar più 'l freddo de la luna, vinto da terra, e talor da Saturno - quando i geomanti lor Maggior Fortuna veggiono in or‹ente, innanzi a l'alba, surger per via che poco le sta bruna -, mi venne in sogno una femmina balba, ne li occhi guercia, e sovra i piè distorta, con le man monche, e di colore scialba. Io la mirava; e come 'l sol conforta le fredde membra che la notte aggrava, così lo sguardo mio le facea scorta
VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO
En la hora cuando el despertarse repentino deja su mirada de los sueños verdadera, aparecida a mí en un sueño una mujer extraña; ella escudriña ella los ojos, ella cojeó, sus manos laceraron y su cara era pálida. La miraba y le habloé, pero ella podría balbucear solamente. Pero como el sol disuelve el hielo, mirarla por un tiempo demasiado largo, mis ojos desligaron su lengueta, después rectificados su cuerpo y dieron detrás en tan poca hora, como solamente el amor puede hacerlo, toda la belleza a su cuerpo. Así, encontrando detrás su palabra, ella comenzó a cantar tan bueno que tenía dificultad para separar mi espíritu de ella: "Soy la suave ninfa Calipso que pierde a los mortales en el centro de mi capa, así que grande es el placer que obtengo. Por mi canción mélodioso, diverti a Ulyses de su bekkeza. Y le desviaré el tuyo, desconocido hermoso que usted es, porque, que empala en mí, me deja raramente, tanto yo lo sostengo debajo de mi encanto." Su boca acaba de ser cerrada en la mía y nuestros dos cuerpos fueron empalados ya, cuando una señora santa aparecía vivamente, además de mí, confundirla. Ella clamó contra, indignada: "¡Oh Baudelaire! ¡oh Baudelaire! Quién es esta mujer perversa que se apodera así al hilo a que confié a usted?" Y Baudelaire llegó inmediatamente mirando fijamente mi santa Madre. Ella agarró, en este mismo tiempo, a amor y el corte abierto ella en el frante, lacerando su ropa, y la me demostró su vientre de modo que aborrezca su imagen: el hedor que emanó de ella me despertó oara arriba. Di vuelta a mis ojos hacia mi amo que decía a mí: "¡Le llamé por lo menos tres veces! ¡Esté parado para arriba! ¡venga! Encontremos la puerta cerca dónde usted debe entrar." Me levanté y era ya día; caminamos con el sol detras de nosotros. Mientras que lo seguía, llevé mi vanguardia como la cual quién curva bajo peso de sus pensamientos y tengo gusto de un medio arco el suyo detrás, cuando oí: "Vienen, está aquí donde se pasa." Quién que habló de tal manera, tenía una voz tan suave y tan agradable que no hay ninguno similar entre los mortales, además de la voz indefinible del castrado. Ella alas desplegadas, que apareció como las de un cisne, que como quién nos habló así que hecho nos va para arriba entre las dos paredes del acantilado duro. Entonces, batiendo sus alas, él nos ventiló y él dice: "¡Bienaventurado usted que grita como ése, porque tu alma será satisfará!" "¿Qué entonces le tiene usted a mirar solamente hacia la tierra?" En la interrogación de mi amo, contesté: "Una nueva visión me obsesiona y preocupa me y me hace la caminata como esto porque pienso siempre a él." Y él replicó, sabiendo muy bien mis aprehensiones: "¿Ve a esta vieja bruja, solamente, y quién hace el grito alrededor de ella, y cómo uno libre sí mismo de ella? Ella no es allí más donde usted mira, éstos es solamente los señuelos a que el Rey del Cielo da vuelta alrededor de tu espíritu." En estas palabras, recuperé mi espíritu y nos a la izquierda des quinto círculo, y allí, vi el griterío de la gente, poniendo en la tierra, la cara hacia abajo. Lo oí el decir: "Mi alma no es nada más que polvo." Y desafié a Baudelaire que se parecía tener prisa: "¡Oh Amo! disminuya tus pasos de modo que desafío este espíritu que cara se parezca sabida a mi." "¿Espíritu que no lo hace los gritos como estos otros espíritus, parar tu camino y diga me que usted es, y porqué usted da vuelta tu espalda a Cielo, y si usted desea que obtenga algo para usted, en la tierra, de donde fui vivo?" Y él me contestó: "Estoy de la ciudad que se hunde en las lagunas y de que nunca salí, por demasiado poco hora, para navegar en regiones nunca antes exploradas. Intercambié el oro contra la seda y mi esposa contra bonitas muchachas extranjeras. Pero navegué tan rápidamente que sigue siendo solamente sueños sobre ellas cuál me acosa sin cesar y me previene que corteje a Dios. Esta es la razón por la cual doy vuelta mi de nuevo a él y eso restablezco mi pasado sin cesar. Mi nombre debe decirte algo puesto que soy el Veneciano Marco Polo." A estas palabras, me había arrodillado delante de él. "¿Qué razón le hace curvarse como esto hacia el suelo?" Y repliqué: "Porque usted es digno para mí y mi Guía intelectual y ésa transporto tu nombre con mí como si fuera un talismán." "¡Rectifica tus piernas! ¡subida, mi hijo! No haga este error; Soy, como usted y los otros y esta guía q que usted nombra tu amo, solamente el criado de una misma Potencia. Si usted entendia siempre esta palabra santa del Evangelio, que dice: "A la resurrección, hombres tienen ni esposas ni principales" usted puede muy manar ve, porqué hablo como tan. Va ahora, no quisiera que usted parara más, porque tus marcas de la presencia difíciles los rasgones, por los cuales, hago maduro qué, viéendole, recuerdo de me. Me fui allá, en este pueblo que era afortunadamente no muchachas extranjeras bonitas todavía totales, sino ningún amo y, a menos que nuestra tierra, por su estrechez de espíritu, haciera a estas hermosas extranjeras demasiado familiares, yo las recomienda a usted, pero no es para ellas un amo, pero un amante, y hace que siguen siendo siempre extranjeras para usted."
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: divini occhi de Phillipo Verdelot, emprunté aux Classical Midi Archives.
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