Canto XI du Purgatorio
Padre Nuestro, nuestro Padre quien estáis a los Cielos.
Me imaginaba que mi bonito príncipe era Dios él mismo.
«O Padre nostro, che ne' cieli stai, non circunscritto, ma per più amore ch'ai primi effetti di là sù tu hai, laudato sia 'l tuo nome e 'l tuo valore da ogni creatura, com'è degno di render grazie al tuo dolce vapore. Vegna ver' noi la pace del tuo regno, ché noi ad essa non potem da noi, s'ella non vien, con tutto nostro ingegno. Come del suo voler li angeli tuoi fan sacrificio a te, cantando osanna, così facciano li uomini de' suoi.
VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO
"Padre Nuestro, mi Padre quien trono en el Paraíso, y que ama tanto como mí y los ame, tus angelniñas, Le elogio para haber creadolas tan hermosas; deje la paz de Tu reinado, llega y eso el ofrecimiento de Tus ángeles hembras me ayuda a alcanzar la Alegría eterna; déme esta comida diaria que pueda aliviar solamente mis deseos carnales; y cómo perdono a los que no lo hagan los ofrecidos a ustedes, perdoname par de ofrecer me, a los que dejen los ser tomadas a ustedes, que yo entonces, expiate mis pecados veniales; no ponga mi virtud a la prueba más que ésos que la atormenta tan extremadamente, pero hágala en tal manera a satisface en la Beatitud eterna!"(1) Éste es cómo la rogaba, acompañado por las sombras, caminando bajo el peso de mis sueños apenados, yo me esforzaba ayudar a estas almas para lavarse, de las manchas que arrastraron puesto que pararon la tierra, de modo que puedan adquirir la pureza, la ligereza que les ayuda a ir hasta al cielo. "¡Ah!" deje la justicia y la misericordia liberan usted pronto de estos pesos, de modo que usted pueda alcanzar su cielo! Demuéstrenos que en qué lado es la manera más corta, que ésa conduce a la satisfacción de nuestros deseos, porque este otro, quienes me acompaña y que todavia se viste el peso de la carne de Adán, va para arriba con más dolor que él lo quisiera." Y una de las sombras contestadas a mi amo: "Vienen con nosotros, siguiendo el acantilado, y le encontrará el paso que el ser vivo puede subir para arriba sin dolor. Y, si la armadura de castidad, que cubre mi cuerpo por completo de orgullo, no fuera así que pesada llevar y no hiciera qu mi cuerpo se doble, pondría un vistazo en el cual todavía quién vivo, ver si lo reconozco y si él es uno de los, a las cuales rechacé la tolerancia para gozar de mi cuerpo. Porque estaba, en el país del Gran Fiordo, reconocida como la más deseable de las bellezas, y que ni el Rey ni rústico podría fornicate a su comodidad. La sangre antigua y las hazañas de mis antepasados me volvieron tan arrogante, que creía todos los hombres en tal menosprecio, que morí de él sin copulaba con cualquiera de ellos. Rechacé gozar como el animal, ofreciendo mi vientre a la vista de las estrellas, descubriendo los secretos ocultados en mi pozo sin fondo uterino, sufriendo la afrenta de un beso en mi seno. Preferí el placer solitario, acariciando mi proprio cuerpo, mi vulva y mis senos, deslizandose los dedos ágiles en esta cueva erotogenica, jugando allí, cerrándose los ojos e imaginándose que mi hermosa príncipe era Dios él mismo." Una de las sombras se interpuestas y dichas a mí: "El que, delante de usted, la caminata con pasos tan pequeños, llenó para arriba del ruido de su nombre, el país entero del Jeannois*, y ahora una susurra apenas a Mashteuiash* dónde ella estaba reina, envidiada más de las mujeres, y quién despreció tanto a las otras mujeres, a quienes ella robo alegremente los maridos y los amantes, pues ninguna otra prostituta lo habría hecho mejor que ella. Su fama era el color de la hierba, que va y viene y eso se descolora el sol, que hace que se va hacia fuera de la tierra antes de su madurez; mire y dígame si ella es hermosa?" Y dije a él: "Tus palabras plenas de verdad me humillan en mi corazón, pero sin embargo disipan una duda en mi espíritu: Es verdad entonces que la alma, que aguarda el final de su vida para arrepentirse, puede esperar ir para arriba aquí con solamente los buenos rezos que le ayudarían, donde otros almas que habrían vivido una vida de virtud, olvidandose de morir en la gracia, serían consideradas prohibió a ascendente alli; no ve por ese, una contradicción a nombre del Dios a que usted dice que él es justo, y que favorece esa manera, los cálculos sutiles del Malo? " Y ella no contestó, pero entendía que esto excedió sus capacidades de entender, y que solamente mi amor para Jeanne podía lanzarme de mis dudas.
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
(1)version libre du Notre-Père
Theme musical: la sicilienne de Gabriel Fauré, emprunté aux Classical Midi Archives.
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