Canto X del Purgatorio
image Luis Rojo

Ecce Amor Dei.
Porque apoyada en él, y ya conquistada era la Virgen.


Poi fummo dentro al soglio de la porta che 'l mal amor de l'anime disusa, perché fa parer dritta la via torta, sonando la senti' esser richiusa; e s'io avesse li occhi vòlti ad essa, qual fora stata al fallo degna scusa? Noi salavam per una pietra fessa, che si moveva e d'una e d'altra parte, sì come l'onda che fugge e s'appressa. «Qui si conviene usare un poco d'arte», cominciò 'l duca mio, «in accostarsi or quinci, or quindi al lato che si parte».


VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO


El ruido que oí, hecho me entendido que la puerta había sido cerrada en nosotros, más allá de quienes el mal amor fue prohibido a nosotros. Donde subir una pared en la roca, tan precipitada que tuvimos que le acercó con la dirección, de modo que nuestro marcha fuera retrasado y que, la noche que se acercaba, él eramos hora de para. Llegado la tapa de la roca, haciendo frente a una pared precipitada, nuestros ojos podrían ver por lo que podían, nuestros pies todavía no fueron avanzados allí que realicé que esta pared circular, que ningún acceso permite que subamos, estaba del mármol blanco, adornado con esculturas como Rodin él mismo me habría parecido disminuido. El ángel que vinnieron en la tierra para la Anunciación del nacimiento del amor, implorado por tan muchos lágrimas con cada siglo y por qué Cielo, cerrado por un tiempo demasiado largo, se abrió ante nosotros, resultaba tan verdadero, representado allí en una actitud galante, que me parecía a mí que él gozó ya. Se habría jurado que decía: "Amor!" Porque apoyada en él y seducida ya era la Virgen, que le había dado la clave para abrir la puerta de su vulva virginal y, por su actitud, expresaba estas palabras: "Ecce amor Dei", como una imagen se graba tan claramente en el mármol. Mi amo que me sorprendió que admira el trabajo, dice a mí: "No fijo tu espíritu sobre uno solos puntos." También divertí mis vistazos de Maria, y del otro lado apareció a mí una escena estado cortada, me acerqué para mejor verla. Había allí, talló en el mármol, a una fijación de bueyes arrastrando la santa Arca de la Alianza y, precediendo éste, a una muchedumbre dividida en siete estribillos que, mis sentidos no podían decir si cantaban o se callaban, si inhalaban o no el incienso; y todo adelante de la Comitiva era David, con su cuerpo desnudo, y que danza sagrada era salvaje, de modo que me él se pareciera a mí que era más o menos que rey. Y Michol, su amante, lo omiradabservaba de lejos remedando, en soledad, el acto sexual. Salí de este lugar para mirar de cerca otra escena que me atrajo por el fulgor que fijó ardiendo el tema. Allí se illustra la gloria de la subrimación de un Príncipe antiguo. Al pelo de su caballo, arrastraba una pobre cortesana en lágrimas. todo alrededor, el suelo se presionaba de jinetes y águilas de oro parecían moverse en el cielo. La pobre cortesana se parecía decir: "Señor, si usted no me toma illiquo, estoy en la desesperación hasta mi muerte!" Y él aparecía contestarle: "Espere que soy de vuelta." Pero ella, como una persona que la pasión hace sy impaciente: "Mi Señor, y si usted no vuelve de nuevo?" Y él a contestar: "El que estará allí después de mi, le tomará a mi lugar." Pero ella, todavía dicho: "El bien que hecho a otro, a cuál le sea útil la voluntad él si usted descuida el bueno yo le ofrezce a él ahora?" Y él entonces a contestar: "Ahora bien, esté satisfecha, debo llenar este deber para usted antes de irse, tu Pasión lo desea así y la Fe me obligado a allí." Pues no se ve en la tierra, ésta sabía para producir más allá de las palabras, los gestos que conducen al Amor. Mientras que ne kkebarib de naravukka comtemplaban estas imágenes de tan gran concupiscencia, el poeta murmuró: "He aquí una numerosa tropa que se desplaza en pasos lentos, él nos conducirá a los grados más alto." Mis ojos siempre atentos para descubrir nuevas cosas, divertí mis ojos hacia el lugar indicado por Baudelaire. No deseo, lector querido, quitarle valor describiendo a usted, qué Dios requiere en la compensación para nuestros faltas. Más bien que en la fuerzaq de los tormentos, piense en el extremo que predestine en la tarde del Juicio Final. Y dije: "Amo que veo venir no se parece a mí ser hombres, la dura condición de sus tormentos los aplasta hasta el suelo de modo que vacile agarrar lo que vi mi ojo, yo pueda ver ya cómo cada uno se mortifica." Y mi amo dice a mí, mientras que él parecía enviarles la palabra: "¡Oh estrellas!" orgullosas y presuntuosas, que ponían sus esperanzas en la adulación de las muchedumbres, sabe que usted es solamente larvaes que se transfieren en estas almas frágiles, que va como las mariposas sin defensa, y se quema sus alas al tribunal de la justicia divina. Qué permite para que su alma se elevante como eso, mientras que le ensucian solamente encima de los insectos similares a los gusanos que aún no alcanzaron su madurez?" Así, viv estos espíritus a partir de otra hora por completo con arrogancia, contraje más o menos por las cargas que hicieronque aparecen como las cariátides debilitadas por el peso de los años, y que quién estaba más cercano, dicho mientras que grita: "¡Yo luego más, yo luego más!" Y la muchedumbre gritó a él: "Va a continuación, va a continuación, sus son el mejor y le amamos, vamos a continuación, no nos reclinamos, usted somos capable!"



Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: Adoramus Te Christe de Giovanni Pier Luigi Palestrina, emprunté aux Classical Midi Archives.
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CANTO XI DEL PURGATORIO