Canto IX del Purgatorio
Del Antipurgatorio al Purgatorio.
Tédeum Laudamus.
La concubina di Titone antico già s'imbiancava al balco d'oriente, fuor de le braccia del suo dolce amico; di gemme la sua fronte era lucente, poste in figura del freddo animale che con la coda percuote la gente; e la notte, de' passi con che sale, fatti avea due nel loco ov'eravamo, e 'l terzo già chinava in giuso l'ale; quand'io, che meco avea di quel d'Adamo, vinto dal sonno, in su l'erba inchinai là 've già tutti e cinque sedavamo.
VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO
Cuando fui supido por el sueño, me extendí sobre la hierba allí donde se sentaban todos. Por mañana antes del despertador, a la hora en que nuestro espíritu se encarga de visiones alejadas del divino pero más cerca de las visiones carnales, me pareció ver planear en el cielo, las alas abiertas, un ángel del cielo, un ángel femenina como la ya percibida y quién era muy hermosa. ¡Ella me secuestró y yo partidos dormido sobre Ella, en un vuelo astral sin destino ni razón real, y, oh felicidad, empujada por un impulso carnal, me derramo en Ella! Se me despertó en sobresalto, mi Amo estaba cerca mi, yo no reconocí más el lugar, sin saberlo, yo había sido separado. Y mi Amo dice a mí: "Veo que tu sueño fue disturbado y que usted lanzó materias fértiles gametos, yo no lleva rigor a usted. No tenga miedo, usted están en el purgatorio. En el amanecer, cuando todavía dormía tu alma, una señora vino, que era mártirio y especialmente virginal, y ella dice a mí: "Soy Lucie y Santa, le pido, me dejo tomar aquél quién sueño tiene gusto así pues, yo facilitaré tu viaje". Ella le llevó para deponerle delante de esta puerta, y sus ojos eran tan hermosas que no podría decir, qué más ella hizo a usted que no estoy enterado de, y cuál le había dado, tal desbordar del placer. Entonces ella salió al mismo tiempo que su sueño. Creo que se bendice de las bonitas Damas del Cielo." Entonces, subimos el acantilado y llegamos cara a una puerta, delante de la cual se tenía una portera de la cual, la cara era llena de resplandor, el cuerpo desnudo y azul como el cielo que flotaba en gasas transparentes. Elevaba a la mano, una espada desnuda que reflexionaba hacia nosotros sus rayos; se sentaba sobre la más alta marcha de un porche que contaba tres grados. Ella nos desafió como sigue: "Quiénes son ustedes y qué usted le desean y hacen no miedo, teniando que lamentar haber venido hasta ahora?" Y mi Amo le contestó: "Una dama del Cielo, que conoce bien la pregunta, dijo a nosotros qué a hacer para alcanzar la vía del Bien." Y mi amo me dijo que para besarse los labios, que lo hice tímidamente, entonces ella cerrara su boca. Y abrió la puerta consagrada diciendo: "Tome a no mirar detrás bajo, pena de volverse y de no tener que repetir el ejercicio." Cuando las puertas abiertas, yo oyeron sonidos extraños. Me di vuelta, atento a las primeras notas, y se parecía a mí que oía, cantado por voces mezcladas con una suave música: "Te Deum laudamus: Te Dominum confitémur. Te aetérnum Patrem omnis terra veneratur. Tibi omnes Angeli, tibi Coeli et univérsae Potestates, Tibi Chérubim et Séraphim incessabili voce proclamant: Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dominus Deus Sabaoth."
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: intermezzo de Kodaly, emprunté aux Classical Midi Archives.
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