Canto VI del Purgatorio
La decadencia del Imperio que se creía americano.
Envían Jesús de Montreal, tu hijos crucificado sobre el
monte Real
Quando si parte il gioco de la zara, colui che perde si riman dolente, repetendo le volte, e tristo impara; con l'altro se ne va tutta la gente; qual va dinanzi, e qual di dietro il prende, e qual dallato li si reca a mente; el non s'arresta, e questo e quello intende; a cui porge la man, più non fa pressa; e così da la calca si difende. Tal era io in quella turba spessa, volgendo a loro, e qua e là, la faccia, e promettendo mi sciogliea da essa.
VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO
Cuando termina el juego de azar y que pierda, y que el que es allí rodea al ganador, y lo acosan, y se dedican a su brazo, que lo preceden, o lo siguen a pasos cortos. Él no para y él se chulería para uno y para otro, sin pegarse a uno más que un otra. ¡Ô soledad súbita no senti nada! Veo allí amigos desaparecidos prematuramente de muerte violenta y a maestras quienes había olvidado después del Amor, y más lejos, las manos adjuntas, una madre, los suyos seguramente. Vivo, la alma separada de su cuerpo, la bonita de Samarcante, para haber fascubadine en el pecado del adulterio; hablo sobre ellos y de los otros también, arrepintiéndose mientras vivan aún en la tierra, las bonitas extranjeras de la carretera de la Seda de modo que para sus pecados, no sean no más de la peor manada. Cuando me había alejado desde todas estas sombras, que me solicitaron de modo que interceda para que otros rueguen con el fin de acelerar su santificación, ha communicado mi perplejidad a Baudelaire: "¿Parece que usted niega en tus escrituras que se aplaca el rezo los decretos del cielo; mí que peca, y que se confiesa, y que vuelve a caer otra vez en el pecado, usted negaría que mi rezo obtiene el perdón de Dios, como esta gente que ruega para aplacarse los decretos del Cielo, su esperanza sería engañosa?" "Esto que yo escribió, mi hijo, no lo rechazo no y la esperanza que tienen en el rezo no los equivoca. Mientras que ciertos inconscientes nunca tienen pecado, no te disculpa de pecar, porque, al pecado, está teniendo ya una conciencia." Es cómo él me contestó, pero muy no fui satisfecho con su respuesta: "¿Y si el Cielo fuera reservado a mí, sería a la comodidad compartirlo con estas almas, ésos que no encontré en Infierno, estas putrefacciones que pueblan la tierra y que beneficiaron a partir de vida para acumular un capital de pecado en la espalda della más pequeno que pidió perdón en el momento de morir?" Y él me contestó: "Eso supera tu comprensión de vivir siendo, y le entiendo completamente para dudar las razones insondables de Dios, pero Jeanne la hará entendida a usted, cómo y porqué el rezo desciende a Dios y perdona los pecados de los hombres." Y digo a me: "Es demasiado justo Yahvé, para que entre en conflicto con usted. Sin embargo hablaré con usted sobre cuestiones de derecho. ¿Por qué es, porque la manera del malévolo, es próspera? ¿Porqué todos los traidores están en paz?"(1) Luego a Baudelaire que se impacientaba: "Señor aceleran aún más, no tengo ya más cansancio y no vivo más sino que para juntarse mi gustada." "Iremos en antes de con este día, lo mismo que lo podremos aún, pero el camino no es lo quee usted lo imagina. Antes de estar para arriba allí, la noche vendrá a borrar tu sombra. Pero vea allí una alma aislada, solitaria, que mira hacia nosotros; ella nos demostrará el camino más corto." Después de decir eso, Baudelaire y me vino a ella: ¡Oh alma extranjero, cuánto su actitud era orgullosa y desdeñosa y el movimiento de sus ojos llenos de dignidad y lentitud! Ella no dijo cualquier cosa; pero ella se dejó acercarle, solamente mirándonos, tales como hace el león al descanso. Baudelaire entonces acercado le, solicitando para demostranos la mejor manera de ir encima de de más arriba, pero sin contestar a la pregunta, ella se informó de nuestro estado y qué patria éramos. Y mi suave guía dice a ella como sigue: "Él es de la Ciudad que lleva el nombre de Maria." Y aquí está, eso la sombra, muy recordada en se, se elaboró hacia mi, del lugar donde ella estaba inicialmente, decir: "Oh conciudadano, soy un trovador y de tu ciudad!" Y nos abarcamos uno u otro. "¡Ah Nouvelle-France!" Esclavista, hostelería de dolor, buque al no demasiado imponente que crea la tormenta, usted no es no más la reina de las provincias, no es más que un buque al dérivel!" Este alma noble, al nombre amado de su ciudad, toda se apresuró a hacer fiesta aquí a su conciudadano: "Y hoy todos sus habitantes están en presa a la anarquía, y se ignoran y se odian unos y otros; los que viven del otro lado de la pared o los ríos que los confinan. Busque, infeliz, en torno a las orillas de sus ríos, y luego observa en su seno, si algún lugar, en usted, goza en paz. A que sirve al Príncipe de reinar sobre su ciudad si es César que, por otra parte, dirige el buque; observe como este animal se convirtió en rebelde y corre el riesgo de navegar de sus propias alas, porque las espuelas no lo dirigen la más y que algún el por otra parte de puesto la mano a la brida. Y usted que reinos a otra parte, que quiere reinar sobre todo, que reen usted es César y que tiene testículos del pato; los que vinieron anted de usted, que hicieron los viejas leyes y que gargarisan de una demasiada tranquila revolución, no dieron del arte de administrar la vida, que un magro ejemplo comparado a usted que hace tan sutiles resoluciones que, lo que adultió llega ayer por mañana muy de a través de. Y entonces reinicíase sin final a querer organizar el mundo. Cuántas veces, desde el tiempo del que usted recuerda, le tienen no cambiante: ¡leyes, monedas, magistraturas y hábitos, los nombres de las calles y los nombres de sus enemigos y renovar sus miembros y sus Ministerios y sus métodos para sobornar el pueblo y empobrecerlo! Si usted tiene buena memoria y si usted ve claramente, usted verá que usted se asemeja a este enfermo que no puede encontrar descansos sobre su capa, pero quién, mientras que intenta darse la vuelta, intenta luchar contra el dolor. ¡Oh Robin de los Maderas! ¡Usted que abandonada quién que se convirtieron y salvaje y que permanece allí, insensible con la decadencia del Imperio que se pretende americanos, mientras que usted debe atravesar sus marcos, que un justo juicio tumba del cielo sobre en su sangre, que sea inaudito, que de claro, y como los que controlan desde la Capital tengan miedo! Venga a ver tu ciudad de Maria que llora, abandonada y solitaria, y, día y noche, llamadas usted como sigue: "¡Oh mi Drapeau!" ¿Por usted abandona el me?" ¡Venga a ver tus temas, mientras que le aman y si usted tiene ninguna compasión para nosotros, vienen y enrojecen por lo menos de tu reputación! Y, si eso me está permitido, diré: "¡Oh Dios soberano! ¿Tus ojos justos, se vuelven pues a otra parte? Envían Jésus-de-Montréal, tu hijos crucificado sobre el monte Real. ¿O, usted que prepara, en el abismo de tu sabiduría, algún otro beneficio que no poder de ningún modo prever? Nos te enviamos para que interceda para nosotros, Maurice "el Rocket" Richard, puesto que nosotros mismos olvidamos cómo se pasa a ser, héroes."
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
(1) Extrait de Jérémie, Chapitre XII, Bible de Jérusalem.
Theme musical: collection Nguyen (lapse), emprunté aux Archives du Web.
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