Canto XXIX del Infierno.
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Espíritu que, en la tierra, ha incendiado la virgen.
Así habló Baudelaire.


La molta gente e le diverse piaghe avean le luci mie sì inebriate, che de lo stare a piangere eran vaghe. Ma Virgilio mi disse: «Che pur guate? perché la vista tua pur si soffolge là giù tra l'ombre triste smozzicate? Tu non hai fatto sì a l'altre bolge; pensa, se tu annoverar le credi, che miglia ventidue la valle volge. E già la luna è sotto i nostri piedi: lo tempo è poco omai che n'è concesso, e altro è da veder che tu non vedi».


VUELTA A LA PUERTA DEL INFIERNO


La muchedumbre demasiado numerosa y las heridas immondes habían intoxicado mis ojos a tal punto que me empujaban para gritar; pero Baudelaire dice a mí: "¿Quién usted, mira esa manera? ¿Por qué tu vista se fija en estas sombras dolorosas y lisiadas que mientan así, allí, en parte baja? No es de esta manera tal que usted actuara en los otros hoyos; piense, si usted cree que usted podría contarlos, que hay veinti dós mil para circundar el valle. Ya, la luna se levanta bajo nuestros pies, y de ahora encendido, se concede nosotros no má que un poco tiempo, y hay muchas otras cosas a ver de cuál usted no tiene ningún idea. " Le contesté: "Si usted había tenido cualquier atención a la razón por la que miraba, quizás usted habría permitido que siguiera siendo más mucho tiempo." Sin embargo, mi guía volvía a salir otra vez, y lo seguí, haciéndole esta respuesta y agregué como sigue: "Creo que, en este hoyo donde sostengo missà ojos tan atento fijados, hay un espíritu de mi parroquia que grite para su crimen, lo mismo quién en la tierre, es un muestro de buen ciudadanía." Mi amo dices, entonces: "no dejado tu espíritu se atormente más de largo sobre él; preste tu atención en otra tema, y él, lo deja a sus dolores; porque lo vi en el pie de la alcantarilla, mostrar y amenaze fuertemente con su dedo, y lo oí llamarte mientras que vociferando: "¿Espíritu que, en la tierra, ha incendiado la virgen, no usted está aquí solamente por burlarme?" Le entonces, absorbieron tan completamente para ver quién que últimamente, sostenido este sermón de Canónigo*, en frente de los fieles de su parroquia, delante de su madre en rasgones, delante de su padre humillado, delante de usted, monaguillo, para crucificar el poeta, su hermano. Él le habría confundido con este hermano poeta, usted no sabía para mirar más lejos, y él precisó otra vez, pronunciando amenazas y deseándole todos los tormentos del infierno." Fuimos abajo del puente largo a la presa pasada, mientras que son restantes en el lado izquierda y entonces, mi vistazo era más penetrante considerar al fondo, donde la justicia infalible castiga y considera los murmuradores. No creo que había mayor aflicción, para ver a todos estos feligreses de Saint-Félicien*, enfermos, en este aire pestífero, que estos animales que todos murertos al menos gusano, y entonces que regeneraron a los habitantes de las gentes corrientes antiguo, según lo que dicen los poetas, se reconstruyó de la semilla de las hormigas, que había allí ver, en este parque Zoológico* oscuro, tantos espíritus anganchados, languidecer en varios acumulaciones. Cada puesto en su vientre o en los hombros de uno otros, o se arrastraban en cuatro piernas en la trayectoria horrible. "Yo soy alguien que, con ésta quiénes atendieron a la misma iglesia a que ustedes, v abajo al fondo, del acantilado al acantilado, porque me prepongo dmostrarle el infierno." Así habló Baudelaire. Entonces, rompieron su ayuda mutua y, desmayándose para no reconocerme, cada de ellos se volvió temblando en mi dirección; mi buen amo se acercó muy cerca de mi y él dice a mí: "Los dicen cualquier cosa usted querrá" y comencé mientras que él lo deseó: "Que su memoria nunca se borra, en el primer mundo de las memorias humanas, pero eso vive allí debajo de muchos soles; le reconozco que es del país en donde nací; hace su dolor repelente y cruel no dejado le para temer para abrirse en mí, como usted entonces lo hizo con la alegría, delante de mí, demasiado joven , para comprender, cuando usted se prepara para crucificar al poeta, mi hermano."



Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
* sitio geográfico, Québec
Theme musical: prelude de Carl Robert Stenger, emprunté aux Classical Midi Archives.
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CANTO XXX DEL INFIERNO