Canto XXV del Infierno.
El reino de las Amazonas.
Tome, Varón, se lo destina este nuevo reino.
Al fine de le sue parole il ladro le mani alzò con amendue le fiche, gridando: «Togli, Dio, ch'a te le squadro!». Da indi in qua mi fuor le serpi amiche, perch'una li s'avvolse allora al collo, come dicesse 'Non vo' che più diche'; e un'altra a le braccia, e rilegollo, ribadendo sé stessa sì dinanzi, che non potea con esse dare un crollo. Ahi Pistoia, Pistoia, ché non stanzi d'incenerarti sì che più non duri, poi che 'n mal fare il seme tuo avanzi?
VUELTA A LA PUERTA DEL INFIERNO
"Entonces el sátiro, que no puede esperar no más, se lanza en el agua, él agarra a la niña que se debate, él arranca al favor de la lucha, besos y caricias, y él se desliza las manos bajo su cuerpo, contra ella voluntad, él caricia su pecho y sus nalgas; él introduce furtivamente, su pene en su vulva y se activa nervioso en él sin dejar a la niña el tiempo de comprender ni la esperanza de gozar. La reina de las Amazonas, que residió en su trono, levanto el índice remedando a encular el invencible, ella gritó mientras que siendo heho oído bien de sus Ministros: "¡Tome, Varón, se lo destina este nuevo reino!" A través de todos los círculos oscuros del infierno, no vi ningún espíritu levantarse de una manera tan vehemente contra el Varón. Desde este tiempo, se prohibió al hombre más a procrear, ni a la mujer para engender, y ése el abrazo de estas dos naturalezas a ellas, les estuvo prohibido, no solamente para las leyes, pero también por su naturaleza propia. Porque Proserpine, que pasaba cerca, por casualidad, oída favorable los deseos de la Reina de las Amazonas. Entonces, sus dos cuerpos se entremezclaron en una unión íntima de modo que no tuvieran nada más solamente un solo aspecto. Uno podría verlos el ensamblar y creciendo junto como el misma rama y ellos no eran no más dos seres, puesto que sus miembros se entremezclaron en uno abrace duro; pero participaron de una naturaleza doble, y sin una podrían decir que era un varón o una niña hembra, el aspecto era el de ni uno ni el otro, en el mismo tiempo, era él de los dos a la vez. La niña vive que estas aguas límpidas, donde ella había entrada femenina, habían hecho una hembra a mitad y que, para haberse bañado adentro allí, el ardor de sus sentidos había sido transformado. Estirándola las manos, pero con una voz que no era ya no más la de una niña, Hermafrodita, porque era su nombre, clamada contra: "Conceda esta gracia, oh Madre nutricia, a su progenitura que lleva sus dos nombres, que cualquiera que es quién hunda en esta agua pierde inmediatamente su virilidad o su feminidad y viene hacia fuera de allí, ni hombre ni mujer, pero faunas que se podrían nombrar Fhombres o diferentemente." Y ella se cayó dormido en estos deseos." Después de que Ovide hubiera acabado su cuento, él saludó Baudelaire y él dejó tan rápidamente y discreto como él apareció a nosotros. Me hundí en un silencio prolongado que miraba éstos seres desamparados que habían dejado de amarse y, yo pensé que las leyes de este círculo del Infierno, eran demasiado crueles para que establezca allí mi estancia mortal.
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: adagios de Emmanuel Polizopoulos, emprunté aux Classical Midi Archives.
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