Canto XVIII del Infierno.
Ave Diana, gratia plena, Dominus tecum.
Es por ello que Medusa se venga.
Luogo è in inferno detto Malebolge, tutto di pietra di color ferrigno, come la cerchia che dintorno il volge. Nel dritto mezzo del campo maligno vaneggia un pozzo assai largo e profondo, di cui suo loco dicerò l'ordigno. Quel cinghio che rimane adunque è tondo tra 'l pozzo e 'l piè de l'alta ripa dura, e ha distinto in dieci valli il fondo. Quale, dove per guardia de le mura più e più fossi cingon li castelli, la parte dove son rende figura,
VUELTA A LA PUERTA DEL INFIERNO
Hay en infierno un fiordo profundo llamado Saguenay*, hecho de piedra y del color del hierro, así como el círculo de rocas que lo rodea. Apenas en el centro de este espacio maldecido, un muy amplio y profundamente el pozo se abre, de el cual diré cómo se pide. Es en este lugar que éramos cuando nosotros pendiente de la grupa de Géryon; el poeta se movió hacia la izquierda y yo lo seguí. La bahía donde estábamos osos su nombre muy bien, que deja escaparse unas ¡Ha, Ha!* del dolor, de las almas que lo alcanzan en el último. En la mi derecha, vi un nuevo objeto de la compasión, de las nuevas torturas ytorturadas las nuevas de el cual el primer sepulcro fue llenado. En el fondo profundo, ponga los aduladores desnudos; del centro marchan hacia nosotros, enmarañaban a la fila india ajustando sus pasos en el que esta en frente. Aquí y allá, vi a demonios de cuernos armados con los azotes largos que los afectaban cruelmente de detrás. ¡Ah! ¡como hicieron que levantan sus talones en los primeros soplos, de modo que no aguardaran para ninguna otra soplos! Mientras que caminaba, mi vistazo fue atraído por uno de ellos, y dije inmediatamente: "Ti allí, no es la primera vez que veo usted." Así pues, paré para mirar fijamente él; y mi guía suave paró con mí, esté fustigado creyó que él podría ocultar bajando su cabeza; pero eso tiene éxito apenas, porque le dije: "Usted que dirigen tus ojos en la tierra, si tus características no me engañan, usted es uno de estos aduladores que persigan las celebridades; pero qué tomas usted hacia fuera a tales tormentos amargos?" Él me contestó: "Lo dice con la mala voluntad; pero tu lengua clara me obligó, que me hace ese las marcas yo que la recordaba, a que había santificado. Cuando ella murió debajo del puente de la Alma, mis rasgones y mis flores cubrieron su tumba; por otra parte no soy el único para estar de luto aquí, en el contrario, este lugar me lleno de otros que no hay tan muchos rezos para tener ahora el hábito a decir: "Ave, Diana, gratia plena: Dominus tecum: Benedicta ti en mulieribus, Y benedictus fructus ventris Tui." Si usted conoce el lugar en Infierno donde está mi Princesa, no vacils decir me." Como hablaba así, una demonia al cabello rubio lo afectó de su látigo y le dice: "¡Van, marcha, adulador! No hay aquí, como en la tierra, ningún Madonna, ni ninguna Julie, ni ningún Céline, ni ningún Lady Dy, ni de las celebridades, o las princesas a venderse." Ensamblé mi guía; y, en algunos pasos, llegamos a dónde un puente de roca cruzó el excedente el otro banco. Subimos para arriba allí sin dolor, y dando vuelta a la derecha, en su escarpa, paramos estos círculos eternos. Cuando llegamos el punto donde sobresale por el vacío para dar el paso a los fustigados, mi guía dice a mí: "Parate, y así pues, eso, huelgas usted el aspecto de este otro privado, de el cual usted, no lo hizo todavía vio la cara, porque la histeria borra su personalidad." Del viejo puente, mirábamos y oíamos los gritos histéricos de las niñas que torcieron y desgañitaron en dolor; proyectaron su busto hacia fuera, mientras que los diablos sádicos, con sus pantalones desnudos del pecho y del cuero se pegaron a su carne, los asieron, los rechazaban violentamente y quemado su cardrum con sus instrumentos de la tortura, de modo que podieran, con facilidad, subyugarlas y desflorarlas. El buen amo dice a mí: "Observa a la una aquén se separaron de la tribuna y quién, por su traje, es el Becerro de oro y, a pesar de sus gritos, él se parece sufridores. Qué magia él funciona al lado de estas muchachas jóvenes, no todavía púber, porque él las empuja en ansiedad solamente haciendo pivotar, él las hace histéricas apenas gritando y él puede violarlas sin tener que penetrarlas. Él viene de la Isla Britannicus, en dónde aprendió que el arte de ritos satánicos y de idiomas hechiceras, enlaza para engañar a las muchachas jóvenes y para empujar a los varones jóvenes al suicidio. Él los abandona on su señal de socorro que subyuga después su alma, y es esta avería que lo condena a tal tormento; es esta manera que se venga Medusa. Con él van lejos las celebridades que usurpan su energía; y es bastante para que usted sepa que del primer valle y de ésas ella mata en su recinto." Ya, éramos en el punto donde la trayectoria estrecha del puente se cruza con la segunda presa, y restos sobre ella para formar un arco nuevo. De allí, oímos a gente que se lamenta en el segundo sepulcro, y soplamos de su bozal y nos pulsamos cons las palmas de sus manos. Las paredes fueron cubiertas con una corteza enmohecida, procedente de las exhalaciones de debajo de cuales se pegan allí y de qué herida los ojos tanto como la nariz. El fondo es tan obscuro que uno no puede ver de ninguna parte, a menos que vaya par arriba en la curva del arco, donde este estante está sobresaliendo por el la mayoría. Alcanzamos ese punto; y allí de mí vi, en el supulcro abajo, gente hundida en el excremento que aparecía exhausto de retretes humanos. Y mientras que exploré el fondo con mis ojos, vi uno de ellos de quién cabeza fue estropeada con la mierda que una no podría saber si él era agente, cantante, predicador, deportista o ciudadano sin importancia. Él reprendió así a mí: "¿Porqué es usted tan codicioso para reconocerme, más que el otro de estos gente?" Le contesté: "Porque, si lo acuerdo bien, era usted, Normand, la estrella del seminario que el acero todas nuestras "rovias" y que, oculto, ellos persiguió porque usted era el más hermoso supuesto y eso usted vergonzosamente los cayó que tomaban después todo de ella. Esta es la razón por la cual espía de usted más que de los otros, estos otros para quién no tengo ningún sentimiento de los celos, pero alimentar algo, para los que los adulates ellos y los mantiene como tan adentro su desahogo, uno suave y persistente menosprecio." Y él me contestó: "En este hueco me hundió, las adulaciones, de las cuales nunca tenía mi oído satisfecha, olvidándose de que podría uno también amar." Después de lo cual, mi guía dice a mí: "Lleva tus miradas el poco más antes, de modo que tus ojos perciben bien la cara de esta criada, sucio y desgrenada, que se rasguña con sus clavos asquerosos, y a veces, se pone en cuclillas, y a veces, se elabora de pie. Es Éponine, esta cortesana que, mientras que su amante le preguntó: "¿Tiene usted cualquier amor para mí como tengo cualsquiera amor par ti?" ella contestó: "Estoy nunca en el amor con el cual, lo cree besarme en esto mismo momento, pero con los que vendrán mañana y con las cuales yo besaré de la voluntad por un tiempo única y solo, porque no hay en mí, otro amor que el vicioso placer de besarse."
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: City lovers de Morales, emprunté aux Classical Midi Archives.
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