Canto III del Inferno
image gustave Doré

El Achéron o el vestíbulo del flojos.
Los que abandonaron el bien de la Conciencia.


Per me si va ne la città dolente, per me si va ne l'etterno dolore, per me si va tra la perduta gente. Giustizia mosse il mio alto fattore: fecemi la divina podestate, la somma sapienza e 'l primo amore. Dinanzi a me non fuor cose create se non etterne, e io etterno duro. Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate". Queste parole di colore oscuro vid'io scritte al sommo d'una porta; per ch'io: «Maestro, il senso lor m'è duro».


VUELTA A LA PUERTA DEL INFIERNO


POR MI SE VA EN LA CIUDAD DOLENTE POR MI SE VA EN EL ETERNO DOLOR, POR MI SE VA ENTRE LA GENTE PERDIDA. JUSTICIA INSPIRÓ A ARTESANO LA POTENCIA DIVINA LA HIZO Y LA SABIDURÍA SUPREMA Y EL PRIMER AMOR. ANTES MI ÉL NO SE CREÓ NADA SI NO DE ETERNO Y MI DURO ETERNAMENTE. QUIENES ENTRAN, DEJAN TODA ESPERANZA.

Leo estas palabras en los colores oscuros, escritos encima de la puerta y que significato es cruel entender. "Aquí, usted no debe temer más, y usted debe matar a cualquier cobardía en usted. Vinimos al lugaren donde le dije que usted viera la raza dolorosa de los que, en la tierra, perdieron el significado del sentido." Él tomó mi mano y me confortó, entonces nosotros entró en este mundo por completo con misterios; había suspiros, quejas, gemidos y lágrimas, que me hizo grito. "¿O mi Guía, qué oigo? Y quiénes son esa gente que aparece dominada por pesares?" Él me contestó: "Este estado desgraciado es el de las almas dolorosas, de los que vivieron sin el sentido y la imaginación; se mezclan con el estribillo de Ángeles ellos que no eran ni fieles ni rebeldes al Dios, pero quiénes donde satisfecho con su servidumbre. Ignorante ellos donde del mundo en el cual vivieron, el Cielo lo rechaza para no deteriorar su grandeza et Infierno, no contar con gloria de él!" Este estado sigue: "¿Amo, cuál es pues el sufrimiento que los hace compadecerse así muy?" Y me respondió así: "Voy ella a decirte en pocas palabras. Éstos no pueden mas esperar morir, y su vida de miseria es tan profunda, que cualquier otra suerte les hace deseo. El mundo no tiene ningún recuerdo, y él el error, ellos que habían rechazado su propio nombre. Te ruego, no hablo ya ellos, observo rápidamente y paso." Y mí, observé y vivo una bandera que se agitaba al viento y que avanzaba así rápidamente, y que parecía nunca no querer detenerse; detrás él, venía una manada de gente que seguía la bandera de un paso acompasado y que me parecía inconsciente del objeto de su fuga, ni de su razón de ser así, que nunca no habría creído que el abandono de la conciencia había afectado tanto. Creí reconocer algunos de ellos: amigos, hermanos, hermanas, gente quien me había gustado y de otros, despreciados; este miserables, que no fueron nunca vivos totalmente, eran acosados sobre tierra y estando de acuerdo totalmente de serlo, por Amos y Estados, de las Madres o Esposas, de los Dogmas e Iglesias, o por Leyes infames, Convenios y Métodos, o el temor de ser Libre. Estaban desnudos y difícilmente acosados, pinchados, torturados y abusados por tábanos, por avispas y abejas que había un poco por todas partes. Ensangrentaban su cara, la sangre se mezclaba a las lágrimas que caían y se absorbían al suelo por de los gusanos immondes. Luego desvié mi mirada y, al observar más lejos, vivo gente a lo largo de la orilla de un gran río; digo a mi Guía: "Concede mi de saber, que son aquéllos que la baja claridad me deja entrever." "Estas cosas se te revelarán a la triste orilla del Achéron." Y paro el hablar por vergüenza, hasta que alcanzamos el río; donde estaba el acercarse un barco, conducido por un viejo hombre con una barba blanqueó por edad, él nos desafió como sigue: "¡Desgracia con ustedes, almas malévolas! No esperan ver el cielo ningún día; vine llevarle al otro banco, en el fuego y en el hielo de las oscuridad eternas. Y usted todavía está aquí, con su alma viva, separase de éstos que sean ya muriertos." Pero, como no salí, él dice a mí: "Vaya por otro camino o por cualquer otros puertos, un barco más ligera le llevará dónde usted debe ir." Entonces, mi guía dice a él: "Caron, Caron, no consigue enojado: se necesita pues tal y es lo que se deseamos; no pide más." Y el piloto, con las mejillas barbudas y que ojos asperja con el fuego, calma abajo. Pero las almas cansadas y desnudas, oyendo estas palabras crueles, sus caras cambian color, y crujieron de los dientes, blasfeman al Dios y a sus padres, al género humano, el lugar, el tiempo, el origen de su raza y su nacimiento. Luego, al llorar a calor lágrima, se armaron sobre la orilla maldita que espera las almas que no temen no a Dios. Caron, el demonio a los ojos de basilico, los reunió muy de una señal, afectaba de su remo el que se retrasaba. Las almas se iban así sobre el agua negruzca y antes que no hayan descendido sobre la otra orilla de una nueva tropa aún se reunía de este lado. Y mi guía dice a mí: "Mi hijo, los que se mueren maldido se reúnen aquí de todos los países, de cualquier color, de la raza y del sexo; y tienen prisa para cruzar el río, porque la justicia divina hace que su miedo se cambia en deseo. Aquí, nunca pasa una alma virtuosa; esta es la razón para, Caron se queja por tu presencia, usted puede ahora entiende la razón de sus palabras." Entonces, la tierra, echa en chorro fuera de un flash del fuego, que quitó mis sensaciones y del mí cayó como quién sucumbe al sueño.



Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: in memoriam Alfred Schnittke de Dennis Ruff, emprunté aux Classical Midi Archives.
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CANTO IV DEL INFERNO