Canto XXXIII del Paraíso
La tragédie humaine

El Orgasmo de Dios.
Lo que fertilizó y genera la Conciencia Universal.


«Vergine Madre, figlia del tuo figlio, umile e alta più che creatura, termine fisso d'etterno consiglio, tu se' colei che l'umana natura nobilitasti sì, che 'l suo fattore non disdegnò di farsi sua fattura. Nel ventre tuo si raccese l'amore, per lo cui caldo ne l'etterna pace così è germinato questo fiore. Qui se' a noi meridiana face di caritate, e giuso, intra ' mortali, se' di speranza fontana vivace.


VUELTA A LA PUERTA DEL PARAÍSO


"Virgen-Maria, muchacha de Tu Hijo, Cariñosa y seductora, más que cualquier criatura Predestinada por un decreto del Cielo, Usted es la quién tiene tanto ennobli el Amor humano De modo que el Creador no dignó convertirse en tu criatura. En Tu seno fue encendió el amor que ardor Había hecho así para germinar esta flor, en la Alegría eterna. Usted es aquí, para nosotros, una antorcha A deslumbrando de castidad, Y, en la tierra, entre los mortales, Usted es una fuente viva de deseos carnales. Señora, usted es tan hermosa y tan attractiva que, que desea la gracia, Y, en usted, no pida ayuda, desea que los suyos deseos navegan sin alas. Tu benevolencia no viene solamente, a la cual la requiere, Pero precede muy a menudo espontáneamente el rezo. ¡En usted la voluptuosidad, en usted la coquetería, en usted la sensualidad; En usted se reúne todo que sea de la sexualidad en la criatura! Éste quién, del más profundo abismo del universo hasta ahora, Han visto, uno por uno, los destinos de las almas, Le piden a que obtenga para se, por tolerancia, Bastante fuerza de modo que pueda levantarse, Con sus propios ojos, más alto, hacia el Placer Supremo. Y yo, que nunca más ardientemente se había quemado para amar y ser amó, Yo confío todos mis deseos a usted y ruego que sean suficientes, Para que usted disipe, por Tus ofrendas, todas las nubes de mi humanidad, De modo que la Alegría Eterna se revela a mi. Y todavía pregunto usted, Reina que puede qué usted desea, Conservar puros mis deseos después de tal incursión. ¡Haga que Tu protección triunfa sobre las pasiones humanas! Vea, Jeanne y tan muchos Bienaventurados Unos que adjuntan las manos para soportar mis deseos." Los ojos venerados de Dios, fijados en quién rogaba como ése, demostrado nos cuánto los rezos piadosos Le son agradables. Entonces refirieron al Eterno Pozo sin fondo, dónde no debemos creer que puede otra criatura, un día, penetrar de un deseo tan carnal. Y yo, que acercó al término de todos mis deseos, me sentía, como tuve que, el ardor de mi deseo alcanzar su cumbre. Jeanne sonréía y me significó para anticipar; pero, por mi propio voluntad, estaba tal que ella lo quería, porque mi deseo, mientras que llegaba a ser puro, penetrados más y más en los meandros del Abismo Eterno que por su esencia, es la Libertad Carnal. Como a partir de este momento, qué excedí la comprensión, que sucumbe delante de tal itinerario, como la memoria sucumbe delante de tal exceso. Es tan quién ve algo en los sueños, y a en quién, despierte, no conserva nada que la memoria de su emoción, mientras que nada está presente a su espíritu de lo que él vio. Estoy tan, porque casi toda mi visión ha desaparecido, y todavía huelo lentamente, en mi corazón, la suavidad que dio a luz a allí; es de modo que la nieve sea licuefecha por el sol, eso que las promesas de los oráculos se pierden con el viento, como las hojas del otoño. ¡Oh luz suprema, que va hasta ahora más allá de los pensamientos humanos! Vuelva a mi memoria una reflexión de mi visión, y haga mi lengua el bastante fuerte, de modo que pueda describir una poco de su gloria a los hombres que se atreven penetran en el Tercer Milenio. Y, recuerdo eso, yo tenía más atrevimiento a avanzar, de modo que mis deseos me trajeran más cercano a la Vulva Divina. ¡Oh abundancia de gracia! Quién me dio fuerza a la cabeza y da prisa las otras almas que avanzaron como mí, en rapidez, hacia la Luz eterna, mientras agoté allí todas mis fuerzas. Pero, empujado por las otras almas y mi fe en Jeanne, crucé la Corona Radiata, mientras que mis deseos habían llegado a ser puros, yo me engullí con dolor en la profundidad del Óvulo expelido así del Ovario Divino. Vi tan que fue conectado por el Amor, todo que los asimientos del Universo dispersados, la sustancia y el accidente de las cosas, así como la característica de las cosas, recolectada como lo que digo, es solamente una porción de la realidad. ¡Creo que vi la forma de la sublimación del Amor porque me siento, diciéndola, que soy aclaro con alegría! Solamente uno de estos momentos me da más escalofríos, que cientos años que viajan alrededor del mundo, a distribuír mi pollén de Flor después de flor sin nunca conservar el amor. Entonces, mi espíritu suspendido miraba fijo, mientras que agitaron y encendieron a mis miembros más ardor comtemplaban siempre la luz que emanó del Globo Supremo. Uno se convierte en tal, a esta luz, que es imposible que un nunca consentimiento a desviar de él para otro objetivo, porque el Bueno que es el objeto del deseo, frunce sí mismo todo en ella y qué, allí, ve sus deseos satisfechos, fuera de él, llega a ser incompleto. Mis palabras no pueden repetir el pequeño que recuerdo, como los de un niño que lengüeta aspire todavía y siempre el pezón. Pues acerqué al epicentro, me transformé yo mismo en la sustancia profunda y clara del Óvulo Divino. Otras formas aparecieron a mí, con los colores y las dimensiones variables, emanando de una simbiosis cósmica entre la materia de la esfera luminosa y mi propia sustancia. ¡Oh! ¡cómo la lengua es débil y escasa para expresar mi opinión! Y mi pensamiento es tal, comparado a eso vivo y fieltro, que estoy asustado no poder describirlo. ¡Oh Luz eterno! ¡Quién reside solamente en usted, que le entiende solamente, y que, entendido por usted y entendiéndole, le ama y sonríe a usted! Este Magma que me invadió reflejó en mí como una imagen reflejada, cuando mis ojos la habían comtemplado un poco, aparecía a mí llevar mi propia imagen en él, reflejando su color y su sustancia, también mi vista fue hundido todo en él. Deseé entender y agarrar cómo mi propia imagen ligó y encontró su lugar en el magma luminoso, pero era impotente descubrir el principio con mis propias alas, yo no podría hacerlo si mi espíritu no había sido pulsado por un relámpago repentino, en el cual apareció a mí el objeto de mi Deseo. No era ya no más mismo, sino otro, que habría combinado la esencia de me, y el de otro, formar nuevo ser, lanzado en este mismo momento en la existencia, como cerca un salto en el agua, si el Malévolo no iba a estar allí, substituyendo a mi Madre en la salida de la placenta de mi nacimiento. Aquí, las fuerzas faltaron a mi subliman la intrusión; pero ya, como una rueda que es conducida por un movimiento uniforme, mi deseo y mi voluntad fueron regulados por el Orgasmo Supremo que genera los pensamientos y las inteligencias y todo el que fertiliza y genera la Conciencia Universal.



Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: Queen Mary de Purcell, emprunté aux Classical Midi Archives.
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VUELTA EN LA TIERRA