Canto XXX del Purgatorio
La aparición de Jeanne al Paraíso Terrestre.
No llora Marco, Mi Amante.
Quando il settentrion del primo cielo, che né occaso mai seppe né orto né d'altra nebbia che di colpa velo, e che faceva lì ciascun accorto di suo dover, come 'l più basso face qual temon gira per venire a porto, fermo s'affisse: la gente verace, venuta prima tra 'l grifone ed esso, al carro volse sé come a sua pace; e un di loro, quasi da ciel messo, 'Veni, sponsa, de Libano' cantando gridò tre volte, e tutti li altri appresso.
VUELTA A LA PUERTA DEL PURGATORIO
Una Señora apareció a mí, vestida de azul, que brilló como una llama ardiente. Todavía sentía repentinamente reaparecer en mí el amor, que me había pulsado, joven aún, mientras que eso, vestidos con una capa de acero y como una Amazona con los miembros frágiles, ella brilló entre los hombres de armas. En este momento que sabía que, detrás de este hymen en la forma de una armadura de acero, ella era capaz de amor y que sería su amante. Yo me volvere hacia mi guía y yo le digo: "¡Yo tembló de toda la sangre que me llevo adentro, y reconoce allí, las características de mi antigua llama!" Pero Baudelaire no estaba más allí y vertí los rasgones para tener que depararlo así. "No llora a Marco Mi Amante, ahora no grita porque tu Mentor fue lejos de aquí; es para otra herida, que usted debe preservar tus lágrimas." Cuando di vuelta alrededor a la llamada de mi nombre, en el lado izquierdo de la carretela, vi una señora, que había aparecido inicialmente velada a mí, la llevo los vistazos hacia mí en este lado del río. Aunque el velo que ella usó no la dejó vista bien, con haber decidido y voz determinada, y con un tono de reproche, ella dijo a mí: "¡Observa bien en mí, mi Marco muy querido! ¡Oh sí, estoy bien, Tu Jeanne como usted lo ve! ¿Cómo usted tiene la audacia a venir hasta aquí? ¿Usted no sabe así eso aquí, que el hombre es feliz?" Bajé mis ojos con vergüenza. Ella apareció a mí sin amabilidad, como los hilos creen que es su madre, y dejo para ir algunas lágrimas, creyendo para haber ofendidola. Y oí los ángeles cantar: "In Usted, domine, speravi." "¿Señora, porqué abrumarlo como así, él que está sin defensa delante de la potencia de tu Belleza?" Sequé mis lágrimas y conservé mis suspiros, delante de la canción de los adorables ángeles jovenes que tenían así los habían tomadome en compasión. Entonces, sin dejar el lado del carretela donde ella estaba y volviéndose vuelta hacia los ángeles niñas, ella dice a ellos: "Usted, se satisface para tomar el cuidado de los ángeles del Cielo; yo, deseo ser hecho oído de quién que gritan allá, de modo que el castigo sea en el midida de sus faltas. Éste, a la hora de su adolescencia, había recibido todo que puede disponer él a un futuro prometedor: Llevado en una coyuntura favorable, bajo la muestra de la Virgen, la atención providencial de la Virgen María y la abundancia de las gracias divinas. ¡Pero, a falta de cultura y si sembramos allí, mala semilla, cómo el suelo no puede seguir siendo salvaje! Durante un tiempo, lo apoyé de mi vista demostrándole mis ojos hermosos de joven muchacha pura, y lo dirijo con mí del camino derecho. Tan pronto como, por el fuego, dejé esta vida mortal, él me dibujó aparte de sus sueños y él todavía se dio a otros disponibles, lobas en las cuales él se sembraba sin amar. Cuando el espíritu en mi, asumió el control en la carne y que esa aumentado la belleza y la virtud en mí, le hice menos querido y menos agradable. Y él dirigió sus pasos en trayectorias del error, mientras que después de las imágenes falsas del buenos, que no mentienen ningunas de sus promesas. Y era inútil para mí, en sueño o en un estado del vigil, inspirarlo y aconsejarlo, tanto el se preocupado poco de él. He cayó tan bajo que todos los medios eran impotentes ahorrarlo, excepto ése para demostrarle la vivienda maldecidas. Es la razón por la que, crucé la puerta de las muertes y eso tratégritando, mis rezos a El cual quién lo condujo encima de Mi. Los decretos supremos de Dios serían violados si uno podría pasar a el Léthé y gusto a esta agua, sin pagar ningún tributo que hace las lágrimas de arrepentir."
Marco Polo ou le voyage imaginaire (La tragédie humaine, janvier 2000) © 1999 Jean-Pierre Lapointe
Theme musical: stairway to heaven de Zeppelin, emprunté aux Archives du Web.
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