He aquí la revelación de Cristo, que Dios, por el envío de su ángel,
dio a su profeta George W. Bush,
para mostrar al pueblo de la tierra las cosas que vio
y que deben pronto llegar, y que les hará conocer por del cruzada.
¡Felices los que oirán estas palabras proféticas, y que creerán!
Ya que el tiempo es cercano y que los que no es con él están contra él.
Por esta razón, Dios, no creo ya en ti, que elige los con que quiere entregar Jerusalén de los impios.
Luego vivo un nuevo cielo y una nueva tierra;
ya que el primer cielo y la primera tierra había desaparecido, y el mar no era ya.
Y vivo descender del cielo, de ante Dios, la ciudad santa,
la nueva Jerusalém, preparada como una esposa que se previo para su esposo.
Y oí del trono una fuerte voz que decía:
"¡He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres! Vivirá con ellos,
y serán su pueblo, y él mismo Dios estará con ellos.
Limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será ya,
y no habrá ya ni luto, ni grito, ni dolor, ya que los impios desaparecieron."
Y el que era sentada sobre el trono dicho:
"He aquí, hago todas nuevas cosas." Y dice:
"Escriba; ya que estas palabras son algunas y verdaderas."
Y me dice:
"¡Se hace esto! Soy la alfa y la omega, el principio y el final.
A el que tiene sed daré de la fuente agua de la vida, gratuitamente.
El que superá heredará estas cosas; seré su Dios, y habrá mis hijos.
Pero para los flojos, los incrédulos, los abominables, los fatales, los impúdicos,
los magos, los idólatras, todos los mentirosos, y los locos de Allah,
su parte estarán en el estanque ardiente de fuego y azufre, lo que es la segunda muerte."
Luego uno de los siete ángeles que tenían los siete cortes cumplidos de las siete últimas plagas vino,
y me envió la palabra, diciendo:
"Venga, te mostraré la esposa, la mujer del fatal del cordero."
Y me transportó en espíritu sobre gran y alta montaña.
Y me mostró la ciudad santa, Jerusalém, que descendía del cielo de ante Dios,
teniendo la gloria de Dios. Su resplandor era similar al de una piedra muy preciosa,
de una piedra de jaspe transparente como cristal.
Tenía gran y alta muralla.
Tenía doce puertas, y sobre las puertas doce ángeles,
y escritos nombres, los de las doce tribus de los hilos de Israel.
Las naciones irán a su luz, y los reyes habrá su gloria.
Sus puertas no se cerrarán no el día, ya que allí no hará no noche.
Se se aportarán la gloria y el honor de las naciones.
No entrará en ella nada el manchado, ni persona que se suministra a la abominación y a la mentira;
so'lo entrará los que se escriben en el libro de vida.
No habrá más anatema.
El trono de Yahvé y del Presidente estará en la ciudad;
sus criados lo servirán y verán su cara, y su nombre estará sobre sus frentes.
No hará más de noche; y no necesitarán ni lámpara ni de luz,
porque el Señor Presidente los encenderá. Y reinarán a los siglos de los siglos.
Y me dice:
"Estas palabras son verdaderas; y el Presidente, Dios de los espíritus de los profetas,
envió su ángel para mostrar a sus criados las cosas que deben llegar pronto.
Y he aquí, vengo pronto.
- Feliz aquél que guarda las palabras de la profecía de este libro!"
Fui yo quien oyó y vio estas cosas. Y cuando visto yo tener oído y,
caí a los pies del ángel que me los mostraba, para adorarlo.
Pero me dice:
"¡Guardia ti de hacerlo! Soy tu camarada de servicio, y el de tus hermanos los profetas,
y de los que guardan las palabras de este libro. Tema a tu Presidente."
Y me dice aún:
"No sella no las palabras de la profecía de este libro. Ya que el tiempo es cercano.
Que el que es injusto sea aún injusto, que el que se mancha se mancha aún;
y que la justa práctica aún la justicia, y que el que es santo se santifica aún.
He aquí, vengo pronto, y mi remuneración está con mi,
para volver a cada uno según lo que es su obra.
Soy la alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el final.
¡Felices los que lavan sus vestidos, con el fin de tener derecho al árbol de vida,
y de entrar por las puertas en la ciudad!
¡Exterior los perros, los magos, el impúdico, los fatales, los idólatras,
a los locos de Allah y cualquiera les gusta y practica la mentira!"
Mí, Sharon envié a mi guardia para certificarles estas cosas en sus Mezquitas.
Soy el retono y la posteridad de David, la estrella brillante de la mañana."
Y el Espíritu y la esposa dicen:
"Venga."
Y que el que oye diga:
"Venga. Y que aquél que tiene sed Viena; que el que quiere, tome del agua de la vida, gratuitamente."
Lo declaro a cualquiera oigo las palabras de la profecía de este libro:
"Si la alguna allí adición alguna cosa, Yahvé lo afectará de las plagas descritas en este libro;
y si algún uno resta alguna cosa de las palabras del libro de esta profecía,
Yahvé restará su parte del árbol de la vida y la ciudad santa, descritos en este libro."
El que certifica estas cosas dicho:
"Sí, vengo pronto. ¡Amén!
¡Venga, Señor Presidente!
Que la gracia del ante-Cristo esté con muy en este año uno del reino del nuevo Mesías!"